El pasado fin de semana, Fran, Gus, Pedro y Julián, cuatro de mis alumnos y yo asistímos al curso de Pinto impartido por el Presidente de la comisión de enseñanza de nuestra asociación. Ya tenía ganas de conocer al Maestro 5º Dan, ya que nunca había podido asistir a ninguno de sus cursos, y la verdad es que volvímos bastante contentos, muchos detalles técnicos que en otros cursos no te enseñan tan detalladamente.
En armas nos tocó bokken, incluso contra manos vacías, otro trabajo muy interesante que no se entrena muy habitualmente. La base del curso estuvo enfocada en la entrada de irimi,
por supuesto con la técnica iriminage desde distintos ataques y situaciones, y seguidamente shihonage, kotegaeshi, nikyo,kokyu ho, tenchinage, kokyunage, etc.
Por la tarde el Maestro se acercó antes de empezar a charlar un rato con nosotros para saber de donde veníamos y demás, me informó de algún curso interesante y quedamos para volver a repetir. Por cierto una pasada ver de practicar aikido a una niña de sólo 10 años que nos daba mil vueltas a muchos de los que estabamos en el tatami,
algo muy difícil de ver en la mayoría de los dojos de Aikido, ya que todos sabemos que hasta una cierta edad es un arte marcial complicado de asimilar, pero no imposible y os puedo asegurar que en este curso lo he podido ver con mis propios ojos. Esto me ha hecho pensar que en un futuro podía intentar hacer un grupo de pequeños aikidokas en el dojo y os aseguro que lo intentaré con ganas.
El pasado fin de semana, Fran, Gus, Pedro y Julián, cuatro de mis alumnos y yo asistímos al curso de Pinto impartido por el Presidente de la comisión de enseñanza de nuestra asociación. Ya tenía ganas de conocer al Maestro 5º Dan, ya que nunca había podido asistir a ninguno de sus cursos, y la verdad es que volvímos bastante contentos, muchos detalles técnicos que en otros cursos no te enseñan tan detalladamente.
En armas nos tocó bokken, incluso contra manos vacías, otro trabajo muy interesante que no se entrena muy habitualmente. La base del curso estuvo enfocada en la entrada de irimi,
por supuesto con la técnica iriminage desde distintos ataques y situaciones, y seguidamente shihonage, kotegaeshi, nikyo,kokyu ho, tenchinage, kokyunage, etc. 
Por la tarde el Maestro se acercó antes de empezar a charlar un rato con nosotros para saber de donde veníamos y demás, me informó de algún curso interesante y quedamos para volver a repetir. Por cierto una pasada ver de practicar aikido a una niña de sólo 10 años que nos daba mil vueltas a muchos de los que estabamos en el tatami,
algo muy difícil de ver en la mayoría de los dojos de Aikido, ya que todos sabemos que hasta una cierta edad es un arte marcial complicado de asimilar, pero no imposible y os puedo asegurar que en este curso lo he podido ver con mis propios ojos. Esto me ha hecho pensar que en un futuro podía intentar hacer un grupo de pequeños aikidokas en el dojo y os aseguro que lo intentaré con ganas.
